Compota de ruibarbo con fresas
El ruibarbo, esa verdura tan especial que se utiliza como una fruta, está especialmente rico si se combina con fresas. Su sabor ácido y astringente, que encaja la mandíbula de algunos, se suaviza mucho cuando se acompaña con fresas, y el punto de jengibre fresco que lleva esta receta es como el lazo que da el toque final al paquete.
Esta compota de ruibarbo con fresas es un clásico norteamericano, y aunque se puede untar en las tostadas como una mermelada -un poco líquida-, como mejor está es servida aún tibia sobre una bola de helado de vainilla. En el patio.
*********************
INGREDIENTES:
- 3 tazas de ruibarbo cortado en pedazos, fresco o congelado
- 2 tazas de fresas cortadas en cuartos
- 1 taza y media (o 2, si sois muy golosos) de azúcar
- 1 cucharada de té de esencia de vainilla
- 1 punta (del tamaño de un dedo de chica :-) de jengibre fresco
Se ponen en un bol grande o ensaladera los pedazos de ruibarbo, se riegan con la vainilla y se espolvorean con la mitad del azúcar, mezclando todo bien a continuación. En otro bol, se hace lo mismo con las fresas y el resto del azúcar. Dejar reposar la fruta alrededor de una hora, revolviendo de vez en cuando, soltará jugo.
Se pela y se ralla el pedazo de jengibre fresco, y se estruja bien encima de un colador. Se reserva el jugo.
Poner a fuego medio el ruibarbo y todo el líquido que habrá soltado, llevar a ebullición y cocer, removiendo frecuentemente, durante unos cinco minutos. Añadir las fresas y el jugo del jengibre y seguir cociendo y removiendo a menudo hasta obtener el espesor deseado (una media hora).
Se reprime una para no comérselo todo a grandes cucharones frenéticos y dejar algo para el postre.
No comments:
Post a Comment