Thursday 30 June 2011

Compota de ruibarbo con fresas


El ruibarbo, esa verdura tan especial que se utiliza como una fruta, está especialmente rico si se combina con fresas. Su sabor ácido y astringente, que encaja la mandíbula de algunos, se suaviza mucho cuando se acompaña con fresas, y el punto de jengibre fresco que lleva esta receta es como el lazo que da el toque final al paquete.

Esta compota de ruibarbo con fresas es un clásico norteamericano, y aunque se puede untar en las tostadas como una mermelada -un poco líquida-, como mejor está es servida aún tibia sobre una bola de helado de vainilla. En el patio.


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INGREDIENTES:

- 3 tazas de ruibarbo cortado en pedazos, fresco o congelado
- 2 tazas de fresas cortadas en cuartos
- 1 taza y media (o 2, si sois muy golosos) de azúcar
- 1 cucharada de té de esencia de vainilla
- 1 punta (del tamaño de un dedo de chica :-) de jengibre fresco


Se ponen en un bol grande o ensaladera los pedazos de ruibarbo, se riegan con la vainilla y se espolvorean con la mitad del azúcar, mezclando todo bien a continuación. En otro bol, se hace lo mismo con las fresas y el resto del azúcar. Dejar reposar la fruta alrededor de una hora, revolviendo de vez en cuando, soltará jugo.

Se pela y se ralla el pedazo de jengibre fresco, y se estruja bien encima de un colador. Se reserva el jugo.

Poner a fuego medio el ruibarbo y todo el líquido que habrá soltado, llevar a ebullición y cocer, removiendo frecuentemente, durante unos cinco minutos. Añadir las fresas y el jugo del jengibre y seguir cociendo y removiendo a menudo hasta obtener el espesor deseado (una media hora).

Se reprime una para no comérselo todo a grandes cucharones frenéticos y dejar algo para el postre.

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